Hoy es San Agustín, qué mejor día para iniciar la escritura y empezar curso.
Hoy despierta florido para celebrar el aniversario de su muerte y porque el barrio quiere divertirse y el Ayuntamiento lo apoya.
San Agustín, como manda su iconografía, aparece vestido de obispo con su mitra y su báculo (que por cierto, ha desaparecido) pero le falta el corazón inflamado que exalta su amor a Dios. Y no me extraña, porque ante la vista que tiene que sufrir desde su hornacina situada en otro edificio doblemente fantasma, no está para muchos amores.
San Agustín, como manda su iconografía, aparece vestido de obispo con su mitra y su báculo (que por cierto, ha desaparecido) pero le falta el corazón inflamado que exalta su amor a Dios. Y no me extraña, porque ante la vista que tiene que sufrir desde su hornacina situada en otro edificio doblemente fantasma, no está para muchos amores.
En cualquier caso, acercaos a la fiesta del barrio y mientras tomáis un vino escuchando alguna charanga, fijaos en la mirada del pobre San Agustín; no puede más, está hasta los cojones de las instituciones.