Hoy nos cuentan muy contentos en las noticias que los mandatarios han indultado a unos cedros del hospital San Millán, al que previamente los mismos han condenado a muerte alegando que estaba enfermo (imaginario, digo yo).
Quizás algún día exista algún mandatario o alcalde que defienda los edificios que ahora tiran con alegría pasmosa, como si fueran servilletas de papel. Y los periodistas, que nos lo cuenten con el mismo entusiasmo.
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