No, no. Después de más de un mes sin postear, no os penséis que me he retirado a Nueva York y he visitado San Patricio. No en este momento.
Viene a cuento, porque como en estas épocas de trabajo tan tonto pero tanto, a la vez que tampoco (ni mucho ni poco, ni poco ni mucho, que decía aquel) pues hay que hacer otro tipo de actividades que satisfagan el espíritu más que el ejercicio de la profesión. Cualquier cosa valdría, realmente, tal como está el percal.
Pero no. No he hecho cualquier tontada, no. Ni corto ni perezoso, me apunté a un seminario con un Santo del virtuosismo, la técnica y el sonido; del sentido brutal del tempo, de la melodía, de la armonía, de la improvisación, de la composición y de su sentido desmedido (por demás) en generosidad y asombrosa capacidad de trabajo del mejor guitarrista de jazz del momento (momento que ya va siendo larguito y no es por casualidad).
Como la organización nos pidió no hacer fotos en el interior del recinto, al finalizar, le hice ésta, a modo de respetuosa despedida y con la esperanza de oirle pronto de nuevo.
Pero no acaba ahí mi feliz estancia. Por otro lado, estaban ahí conmigo, una buena panda de guitarristas nacionales con un nivel de interpretación jazzera que "lo flipé". Y además, todo dios se maneja con el inglés que para mi quisiera.
Lejos de deprimirme por mi ínfimo nivel en ambas disciplinas, me sentí encantado de comprobar que a pesar de todo y de los políticos, la cultura evoluciona, que ya todo el mundo joven habla inglés, que hay unas escuelas de música privada y conservatorios con una formación de grado superior de jazz que, a los resultados que allí presencié, me remito. Incluso me hicieron sentir europeo. De verdad.
Y por si hubiera algún Santo Tomás (¿o se dice Santos?) incrédulo y desconfiado, aquí traigo la muestra: mi credencial bendecida por el mismísimo San Patricio.
Viva los JASP!
Viva la PM 120!
Y viva el jazz!!
Por supuesto.
1 comentario:
Hola amigo
Da la casualidad que leyendo un blog de arquitectura? hayamos coincidido en las clases de Pat, con lo que imagino que nos unen por lo menos esas dos pasiones, o quizá una tercera, por el enamoramiento que también advierto en ti. Somos dos colegas que sí logramos sacarle unas fotos y después nos lo llevamos a tomar unos pinchos; te las enviamos a tu correo electrónico y esperamos contactar contigo para charlar del tema.
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