Mis santos lectores deben pensar que he entrado en una espiral de exorcitar mis traumas sexuales a través de mis posts, que si pecadores, que si orgasmos, que si koños y para colmo, hoy uno de tetas.
Post nada de eso. Es simplemente consecuencia de ojear la prensa (en qué hora!).
La noticia de hoy Sin tetas no hay edificio, no tiene desperdicio y las koñas que se pudieran hacer con la misma nos llevarían hacia un orgasmo que nos dejase sensación de pecadores. Se podría analizar como periodismo metafórico, o como política provinciana, o como afronta la arquitectura su ejercicio ante el patrimonio. Incluso como fotografía posada o como matemáticas joteras tipo "pos yo sumo ocho, hasta cincuenta...".
Sería muy cómico y gracioso si no fuera por lo trágico que en realidad es.
Llevamos unas semanas con noticias del enfrentamiento bi-(tri)-partidista patético, teniendo eco del mismo hasta en la prensa nacional. Que si San Millán, que si A-68, que si facultad de medicina aquí o allá, que si el Corvo, que si el Cantabria, etc, etc. Y hoy, ración de tetas.
Y los feligreses de la ciudad bien entendida solo podemos exclamar en voz alta, Santo Dios, ¡qué bochorno!