Estaba yo cascoteando por el mundo exterior (al estilo del tío Mat, el explorador) cuando me encontré con esta obra civil de un tendido para una nueva línea de tranvía en cierta ciudad costera.
Desde el momento en que los gremios descubrieron la espuma de poliuretano, me empezó a interesar el mundo del detalle constructivo como reacción natural a esa puta manía de rellenar, sellar, tapar, recibir, etc, todo encuentro entre dos materiales con la dichosa espumita.
Pues toma dos platos, y bien rebosaditos de espuma; ese es el menú que me acompañó durante unos kilómetros y se me indigestó según avanzaba paralelo al trazado.
Pues así es como reciben las vías por levante, con un buen baño de espuma. Ni que la vendiera la trama de Correa.
2 comentarios:
Correcta entrada la de hoy...
Pecadorrrrr
Este blog se empieza a poner interrrresante.
Quierrrrrro menos espumaaaaaaa.
(Me alegro de ver en los enlaces laterales al bueno de Carlitos Zeballos, el peruano nipón superviajero. Buena adquisición para tu blog))
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